No es la primera vez, pero
siempre es emocionante y nos alegra.
Un amigo nos trae un cuadrito
(39,50 x 49,50 cm.) recién comprado, gracioso, antiguo, por estilo y materiales
segunda mitad del siglo XIX, con buena pinta aunque sea una obra menor y nos
llegue muy sucia y con antiguas restauraciones, quizás un boceto del natural
para trabajar mas tarde en el taller, no
vamos a decir por cuanto pero barato porque la firma es desconocida, se sabe de
dónde viene y no es de aquí, aunque en nuestra costa vivieron sus propietarios
los últimos años.
La limpieza de la gruesa costra
de barnices oxidados y los estudios con medios técnicos nos han dado la certeza
de que esa firma es autentica y corresponde a Anton Mauve (1838-1888), pintor
realista holandés con obra en importantes museos internacionales, especialmente
reconocido por haber sido uno de los maestros del primo de su esposa, el genial Van Gogh, el que, a pesar de su distanciamiento por temas personales, siempre admiró la obra de Mauve.
Y nada más, aquí tenéis las
imágenes del rescate de la pintura y la solución a su anonimato.