Después de mucho tiempo volvemos sobre lo que siempre decimos: MEJOR CONSERVAR LAS OBRAS DE ARTE PARA NO TENERLAS QUE RESTAURAR. Esperar que aparezcan los primeros daños, a veces irreversibles, es una forma de condenar las piezas.
Y aquí os traemos este pequeño y delicioso ejemplo, la obra de Sofía Morales de 1955 " Retrato de la niña Rosa Mª", óleo sobre lienzo de 39,00 x 32,00 cm.
Apenas perceptible la intervención realizada, pero seguros de que con ella hemos conseguido mantenerla en buen estado por mucho tiempo.
Una leve película de suciedad superficial daba opacidad a la capa pictórica, que a su vez se empezaba a encontrar bastante deshidratada. La pérdida de las cuñas tensoras, con la consiguiente distensión del lienzo y algunas deformaciones del mismo, unida a esa leve deshidratación estaban provocando la aparición de ligeras marcas del bastidor sbre la superficie pictórica, lo que de haber dilatado esta intervención podía haber supuesto un mayor perjuicio para la pieza.
Una vez realizada una sencilla limpieza superficial, tanto del anverso como del reverso, eliminando los depósitos de polvo que suelen acumularse entre lienzo y bastidor, se procedió a hidratar la pintura en profundidad, para dotarla de mayor elasticidad.
Tras este proceso, la obra ya nos permite ser tensada, perdiendo con ello las deformaciones y el roce con las aristas internas del bastidor.
Larga vida a este precioso cuadro¡¡
