Hace unos días se dirigió a nosotros un estudiante de
B.B.A.A. que estaba realizando su trabajo fin de grado sobre la restauración de
la modernista Casa del Pino de Santo Ángel (Murcia), obra de Pedro Celdrán en torno
a 1904, de la que seis años atrás hicimos la restauración de su mobiliario
original. Entonces me di cuenta de que nunca habiamos expuesto estos trabajos y creo llegado el momento de mostrar, al menos, algunos de ellos y que espero que os gusten.
Fue un maravilloso trabajo, pues se rehabilitaba el edificio,
una preciosa vivienda de veraneo que perteneció a la familia de la Cierva, y se
recuperaba casi íntegramente todo su contenido, algo poco habitual en nuestra
zona. Una verdadera pena que, hasta la fecha, no se haya dado uso conocido a
uno de los escasísimos ejemplos del más puro estilo modernista en nuestra
ciudad y su entorno.
Una de las
piezas más hermosas es un espléndido mueble espejo con macetero, al estilo de los
de uno de los representantes más auténticos del movimiento modernista catalán,
en el campo de la decoración y la creación de muebles, Gaspar Homar i Mezquida
(Buñola, 11 de septiembre de 1870 - Barcelona, 5 de enero de 1953). Espléndida
pieza de marquetería que se encontraba en un pésimo estado de conservación,
debido fundamentalmente a una importante infección de xilófagos, que estaba
destruyendo prácticamente todo el interior de la obra.
El estado interno de la madera del mueble se encontraba parcialmente descompuesto por efecto de los xilófagos.
El despacho
o gabinete cuenta con un precioso conjunto mobiliario adaptado al espacio, muebles
que de seguro fueron hechos a medida por algún buen ebanista local, inspirados
en la copia del bureau Nenuphar de Louis
Majorelle que ocupa el centro de esta deliciosa sala.
La
diferencia entre la obra original de Majorelle y esta pieza es que la
decoración en metal del original ha sido sustituida por un delicado trabajo de
ebanistería.
Nuevamente
podemos observar el mal estado de las piezas que componen el gabinete, habiéndose
podido restaurar todos sus elementos e incluso conservar la antigua tapicería,
como elemento fundamental de la decoración.
Por suerte, y a pesar de su mal estado y de la fuerte infestación de xilófagos, se conservaban los asientos esquineros con sus tapicerías originales, aunque hubieron de desmontarse para la sustitución de las piezas de madera descompuestas.
Detalle de uno de los esquineros restaurado.
Que desperdicio.....
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