Dado que en la mesa redonda de esta tarde no se podrá realizar una proyección, dejo por este medio un ejemplo que creo resultará ilustrativo.
Hace ya 12 años de la restauración de esta vidriera de Hernández Carpe, en la parte alta de una escalera que daba a un patio en el interior del edificio que fue del Banco Exterior en la Gran Vía de Murcia. Previo al desmontaje de la vidriera, necesario para acometer las obras en el inmueble que cambiaba de uso, a nadie se le ocurrió hacer una foto de la misma, lo que hubiera sido magnífico para su posterior reconstrucción y nos hubiera facilitado enormemente la labor.
De este modo recibimos un cajón lleno de un galimatías de cristales amontonados que, como si fuera un puzzle, teniamos que reconstruir, con los agravantes de sus formas casi abstractas, la pérdida de algunas piezas y la fragmentación de otras. Como única guía teniamos las grandes vidrieras exteriores que habían permanecido in situ.
Destapando el cajón
Nuestro modelo a seguir
La tarea resultó ardua, aunque se consiguió la restauración con total éxito, pero es un buen ejemplo de la ENORME IMPORTANCIA DE DOCUMENTAR LAS OBRAS ANTE CUALQUIER INTERVENCIÓN QUE PUEDA SER OBJETO DE PÉRDIDAS MAYORES.
La vidriera se montó, tal como iba en origen, entre dos vidrios que hacían un a modo de sandwich, sujeta en su perímetro con perfil de acero y colocada finalmente en el hall de ecceso del edificio,con un anclaje que permite su apertura, iluminándola con luces leds, ya que no daba a un espacio exterior.
