FELIZ NAVIDAD

 

RESTAURACIÓN DEL NIÑO JESÚS, TITULAR DE LA PARROQUIA DEL MISMO NOMBRE DE YECLA

 Estamos en época de Niños Jesús, temática deliciosa y que ha dado muchas obras de arte.

Hoy presentamos la restauración del titular de la parroquia del mismo nombre de la ciudad de Yecla, una interesante y bonita imagen en talla de escuela valenciana, que nos atrevemos a atribuir a Modesto Pastor i Juliá (Albaida, Valencia, 9.VIII.1825 – Valencia, 31.I.1889).

 Por la fecha de ejecución de la obra, 1861, y las indicaciones que nos ha facilitado el actual párroco, D. Asensio Morales, parece ser que la imagen fue un encargo del donante, D. Pedro Ibáñez Armillas de Soriano, a raíz de la epidemia de cólera que azotó Yecla en 1859, cobrándose numerosas víctimas en la que desde 1818 fue parroquia del Dulce Nombre de Jesús, anteriormente ermita, fundamentalmente entre la población infantil.

Su estado de conservación inicial era muy deficiente, sufriendo numerosos daños, tal como se aprecia en las imágenes.

     Uno de los problemas era la estabilidad de la imagen sobre su peana, por lo que se realizaron radiografias que nos proporcionaran la información sobre el estado de la estructura interna.

    La inetrvención fue ardua y compleja.

    Pero el resultado creemos que mereció la pena.

 

ANTONIO HERNÁNDEZ CARPE. Dos obras restauradas en nuestro taller.Exposición en el MUBAM

 

Ya puede verse en el MUBAM la extraordinaria exposición CARPE. Centenario 1921-2021, es una buena ocasión para descubrir o redescubrir la magnífica obra de nuestro paisano Antonio Hernández Carpe.

    En ella se han incluido dos piezas restauradas en el taller de ASOARTE, de lo que nos sentimos tremendamente orgullosos.

       La primera es Venezzia. Ponte Fosca del año 1966, una perspectiva de este delicioso rincón veneciano con la colorida y singular visión de Carpe.

        La obra, un óleo sobre lienzo, nos llegó al taller con graves problemas de descohesión de la pintura sobre el lienzo en el cuarto superior, producto de la afectación directa por humedad en esa zona, además del oscurecimiento debido a la suciedad generalizada.

 

     En la segunda obra intervenida, una deliciosa composición escenográfica, el problema era si cabe más grave. El final panel que sirve de soporte a la pintura se encontraba completamente agrietado y deformado, habiendo perdido la adhesión con su propia estructura interna; para complicar aún más la actuación, la capa pictórica no contaba con un aglutinante que la fijara sobre el soporte, por lo que se desprendía con solo rozarla. 

 

    Las imágenes no dan fe de los enormes problemas a los que hemos tenido que enfrentarnos en esta intervención, que se inició con una consolidación de la pintura evitando crear brillos que alterarían sustancialmente la intencionalidad del autor. El aspecto general de antes y después de la intervención habla por si solo.

 

    Insisto en la invitación para visitar esta muestra que difícilmente podrá volverse a repetir, por la extraordinaria selección de obras expuestas.